Me tienen harto.
Estoy harto de sufrir robos de mis obras en las que he dejado parte de mi vida artística y profesional…
Harto de que no se respete al artista que ha gastado una vida en esta maravillosa profesión, pero que ve impotente, como otros piratas del asfalto se la birlan…Lo mismo le ha pasado a mi gran amigo y colega José Rivera pero él –con esa generosidad que lo honra- ha dejado pasar o evitado calentarse. Pero si nos lo hacen a nosotros que tenemos años de tablero ¿qué les espera a los futuros dibujantes en este país que no nos protege, salvo que seamos Páez Vilaró y hallamos dibujado un solcito mil veces, dicho con el respecto que me merece como artista y como un referente de lo que se puede hacer con voluntad y tesón...
En tanto seguimos desamparados pero aferrados a la quimera de la que no nos apartaremos ni un tranco ´e pollo, dejo mi denuncia como un ejemplo de lo que pueden hacernos sin que a nadie se les mueva un pelo:
ya conté lo de “los cuentos de Quiroga” que publica el diario El País y ahora he visto como el señor Sergio Bóffano (hijo) sigue publicando mis ilustraciones hechas hace años para Charoná y pagadas para una sola publicación. Alguien con cero gusto por el dibujo, las destroza con el photoshop, me corta la firma y a llenar un hueco, total, Gezzio no nos puede hacer nada y no hay una ley que diga que una ilustración pertenece a quién la hizo, sea yo, juan de los palotes o mongo y si se publica dos veces, se le pagará por dos publicaciones porque ellos no regalan la revista a los niños. Ni regalan el espacio publicitario de sus páginas. ¡Bien que los cobran!
Por lo menos esperen a que me muera y que pasen 50 años para robarle a mis hijos mi legado artístico!
Se mi si chiedesse a un bene per dare via, ma non rubare, pirati!