Joao B. Mottini (1923-1990)
En el folleto publicitario del “Curso de los 12 Famosos Artistas”, allá por 1958, dictado por la Escuela Panamericana de Arte decía, que Joao Mottini había nacido en Livramento, Estado de Rio Grande do Sul, en 1923 y que se había iniciado profesionalmente a los 15 años en la Editorial Libraría do Globo donde ilustró Don Quijote de la Mancha, Los 3 Mosqueteros, Robin Hodd «e infinidad de textos escolares», hasta que al cumplir 20 años resuelve trabajar de forma independiente. En cumplimiento de ese objetivo llegó a Buenos Aires en 1946 y comenzó a trabajar en la publicidad y el periodismo.
Entre sus primeros trabajos en la Argentina, el folleto menciona los realizados para la revista Aventuras, portadas para Rayo Rojo y Cinemisterio (ambas de Editorial Abril) e historietas románticas a la aguada para Idilio, también de Abril, que combinaba historietas y fotonovelas. En 1950 ingresa en la Editorial Dante Quinterno, iniciando así lo que sería la etapa más recordada de su estancia en la Argentina.
Es efectivamente en 1950 cuando Mottini realiza en Patoruzito “El monarca del último horizonte”, historieta inspirada en las andanzas del aventurero francés Orllie-Antoine de Tounens, quien hacia 1860 se autoproclamó Rey de Araucania y Patagonia. Esta obra luego pasará a llamarse “Aurelio el audaz”. En ese mismo año realiza una historieta a la aguada sobre la vida de Al Capone, trabajo que se publicó en la poco conocida revista Sucesos.
En 1953, siempre en Patoruzito, Mottini realiza “Moro y Turbión”, que posteriormente pasaría a llamarse “Turbión, el lobo” ubicada en las heladas praderas de los innuits (esquimales), mientras que siguió realizando las portadas de Cinemisterio para Editorial Abril, a la aguada.
Entre sus primeros trabajos en la Argentina, el folleto menciona los realizados para la revista Aventuras, portadas para Rayo Rojo y Cinemisterio (ambas de Editorial Abril) e historietas románticas a la aguada para Idilio, también de Abril, que combinaba historietas y fotonovelas. En 1950 ingresa en la Editorial Dante Quinterno, iniciando así lo que sería la etapa más recordada de su estancia en la Argentina.
Es efectivamente en 1950 cuando Mottini realiza en Patoruzito “El monarca del último horizonte”, historieta inspirada en las andanzas del aventurero francés Orllie-Antoine de Tounens, quien hacia 1860 se autoproclamó Rey de Araucania y Patagonia. Esta obra luego pasará a llamarse “Aurelio el audaz”. En ese mismo año realiza una historieta a la aguada sobre la vida de Al Capone, trabajo que se publicó en la poco conocida revista Sucesos.
En 1953, siempre en Patoruzito, Mottini realiza “Moro y Turbión”, que posteriormente pasaría a llamarse “Turbión, el lobo” ubicada en las heladas praderas de los innuits (esquimales), mientras que siguió realizando las portadas de Cinemisterio para Editorial Abril, a la aguada.
Fue uno del grupo que conformaban “Los 12 famosos artistas”, aportando abundante material a las lecciones del curso de dibujo por correspondencia que se dictaba en la Escuela Panamericana de Arte.
Alrededor de 1956 lo encontramos dibujando “Historia de la Boca” (un muy característico barrio de Buenos Aires) y al año siguiente “Aventuras de Bordón”, sin abandonar las páginas de Patoruzito.
Alrededor de 1956 lo encontramos dibujando “Historia de la Boca” (un muy característico barrio de Buenos Aires) y al año siguiente “Aventuras de Bordón”, sin abandonar las páginas de Patoruzito.
También en 1957, pero en Patoruzú en este caso, realizó la historieta “Ellos”, que inicialmente había sido dibujada por José Luis Salinas. Entre los años 1958 y 1961, Mottini produce “Quintín Duval”, un periodista y animador metido a detective, el western “Cara de Tigre” y la continuación de “Cruz Calaveras” cuando su dibujante original, Luis Angel Domínguez, (otro de los profesores de la EPA), se radicó en Estados Unidos.
Desde la segunda mitad de la década de los años cincuenta, Mottini ilustra las portadas de Patoruzito (hasta esa fecha ocupadas siempre por el personaje homónimo), tarea que realizó hasta 1962, cuando la revista inició una serie de cambios en su formato y frecuencia de aparición. Esos trabajos, de gran colorido, están plenos del dinamismo, expresividad y fuerza que caracterizó su producción como excelente pintor a la témpera.
La revista Furia Blanca publicó en 1965 una historieta titulada “Guerrilleros” que carece de créditos respecto a sus autores pero cuyos dibujos sin duda alguna pertenecen a Mottini, trabajo que probablemente haya sido realizado originariamente con destino a Inglaterra, mercado para el cual había comenzado a colaborar en 1960.
Los pocos datos obtenidos hacen suponer que al regresar a su país se volcó preferentemente en la ilustración y la pintura. Sabemos que en 1979 ilustró una obra del escritor Barbosa Lessa, que algunos cuadros suyos figuran en la colección de un importante Banco del Estado de Rio Grande do Sul, y que existe un premio a la Ilustración Publicitaria que lleva su nombre. Un dato mucho más revelador es que en setiembre del año 2003 ingresó a la Camara Municipal (Ayuntamiento) de la ciudad de Porto Alegre un proyecto con el que se promuevía la creación del Centro de Referencia de Grafismo (Regraf) y la Gibiteca “Joao Batista Mottini”, prueba de que su obra no pasó desapercibida para sus coterráneos.
Fuente: Tebeosfera.
Desde la segunda mitad de la década de los años cincuenta, Mottini ilustra las portadas de Patoruzito (hasta esa fecha ocupadas siempre por el personaje homónimo), tarea que realizó hasta 1962, cuando la revista inició una serie de cambios en su formato y frecuencia de aparición. Esos trabajos, de gran colorido, están plenos del dinamismo, expresividad y fuerza que caracterizó su producción como excelente pintor a la témpera.
La revista Furia Blanca publicó en 1965 una historieta titulada “Guerrilleros” que carece de créditos respecto a sus autores pero cuyos dibujos sin duda alguna pertenecen a Mottini, trabajo que probablemente haya sido realizado originariamente con destino a Inglaterra, mercado para el cual había comenzado a colaborar en 1960.
Los pocos datos obtenidos hacen suponer que al regresar a su país se volcó preferentemente en la ilustración y la pintura. Sabemos que en 1979 ilustró una obra del escritor Barbosa Lessa, que algunos cuadros suyos figuran en la colección de un importante Banco del Estado de Rio Grande do Sul, y que existe un premio a la Ilustración Publicitaria que lleva su nombre. Un dato mucho más revelador es que en setiembre del año 2003 ingresó a la Camara Municipal (Ayuntamiento) de la ciudad de Porto Alegre un proyecto con el que se promuevía la creación del Centro de Referencia de Grafismo (Regraf) y la Gibiteca “Joao Batista Mottini”, prueba de que su obra no pasó desapercibida para sus coterráneos.
Fuente: Tebeosfera.
Mottini en Brasil, con familiares y amigos. |