Sigo recopilando las tiras diarias que publiqué de "Viviana y Yamandú", para que queden como un archivo de "cosas que hice" y que me dejaron un sabor agrio en la boca; esfuerzo inútil, mal pagado y mal considerado, y para colmo sin ser mis propios personajes, lo que me ponía más complejidad a la hechura diaria del guión y al dibujo. Lo único que saqué de positivo de esa ardua tarea, fue cumplir el deseo de dibujar tirar diarias que lo tenía desde niño (si hubiese imaginado en el difícil trance en que me metía, jamás hubiese aceptado). Pero ya está, lo dibujado hecho está y es tarde para arrepentimientos, que las generaciones futuras y los colegas comenten.