XANADU 19

viernes, 3 de febrero de 2012

Memorias desde mi tablero

Tres ciclos cerrados
El previsto caso de "La tercera es la vencida"

Diario El Día
En el correr de tantos años de trabajo, he tenido muchos ciclos que se me han cerrado, de algunos me he ido por mi cuenta, de otros me han fletado sin más ni más.
Luego de 20 años de trabajar en El Día, una noche en que llegaba a marcar la tarjeta, se me adelantó el recepcionista para avisarme que yo ya no pertenecía a la empresa, que me fijara en la lista pegada en la pared de los relojes. 
Efectivamente, entre cien compañeros, allí estaba mi nombre. Nos pasaban al seguro de paro sin aviso previo. Lo hacían impunemente porque era 1983 y estábamos en dictadura.
Yo sabía que mi “salida” del diario era porque había tenido un intercambio de opiniones con el director y me había mantenido en mis trece, sin dar el brazo a torcer. 
Pretendía que dejara de dibujar para El Dedo, invocando una supuesta exclusividad para con el diario. Mi respuesta fue que yo era un profesional libre y que dibujaba para quien me lo pidiera y pagara. La respuesta la ví estampada en aquella lista miserable. 
Al otro día pedí una reunión con el jefe de personal, un pobre hombre que no hacía más que cumplir con lo que le mandaban y que me dio la excusa de que me pasaban al seguro de paro porque yo tenía poco trabajo y el diario estaba pasando por problemas económicos.
Esa argucia me molestó mucho, porque yo dibujaba semanalmente muchísimas páginas para el suplemento El Día de los Niños desde hacía 18 años, además de ilustrar en el diario mismo, por lo que le pedí que me despidieran pero que me pagaran todo lo que significaban mis años en el diario. El pequeño hombre me miró sobre sus lentes y me dijo que si lo había pensado, ya que yo tenía una familia y que esperara hasta fin de año (estábamos en abril) para ver si me tomaban de vuelta.
 Le contesté que ellos no habían considerado para nada mi familia ni mi trabajo de tantos años, por lo que yo no quería seguir trabajando para gente que no me quería.
A la semana me llamaron para firmar los papeles del despido y cobrar la primera de 6 cuotas. Se me cerró un ciclo. Fue el primero de mi estadía en Montevideo, trabajando para los diarios.
Diario El País
La segunda vez me sucedió una tarde de 1900 y pico (ya me olvidé esa ingrata fecha) que fui a la oficina donde armaban el suplemento infantil El Escolar del diario El País, en el cual yo ilustraba y dibujaba historietas desde hacía 9 años. El encargado me llamó a un costado y me dijo:"Gezzio, estas ilustraciones no las vamos a publicar. Desde el diario nos dieron la orden de achicar por razones económicas y yo no puedo hacer nada. A nosotros también nos despiden, así que hasta la vista". 
Era un buen tipo, pero nunca más lo ví. Supe sí que otras personas se posesionaron de dicho suplemento para hacerlo y cobrar su tajada. En fin, es la ley de la selva. Pero para mí fue otro ciclo que se me terminó porque me sentía muy a gusto dibujando para ese periódico.
Diario La República
Hace pocas horas, en la tarde de este febrero de 2012, me llega un mensaje a mi celular, de mi colega Ardito contándome que el diario nos ha fletado junto con Walter Cortiñas (Checho), así nomás, sin aviso previo. Hacía 7 años que dibujaba y escribía “Viviana y Yamandú”. Tenía prevista la historieta para todo el mes de febrero pero el 15 es la última que se publica, así que quedará trunca. Y a estos personaje, creados por Enrique en 1989,(algo inédito en la historieta de nuestro pobre país) los eliminó de un plumazo sin piedad alguien que ni siquiera es uruguayo y quien torpemente arremete contra un arte hecho con esfuerzo, tesón, rabia y muy mal pago. Ahí quedan las últimas tiras de dicha historieta para el recuerdo. Otro ciclo cerrado…