Hasta los años 90
del siglo pasado, las revistas utilizaban en sus tapas, las ilustraciones
pintadas por los artistas especializados. Jamás se les hubiera ocurrido poner
una foto en un suplemento o revista infantil con temas de niños. Por supuesto
que la fotografía no podía competir con aquellos trabajos, porque no lograban
la esencia que le daba una buena ilustración pintada a mano, contando una
historia en un solo cuadro.
Pero luego llegó la
era digital.
Las computadoras ayudaron a los artistas a que sus trabajos
tuviesen más opciones de elaboración, mejores ymás efectos, las herramientas
digitales facilitaron el trabajo, lo hicieron más rápido y el resultado
favoreció a las carátulas de las publicaciones con colores más destacados.
Con paletas más cuidadas y diferentes a las que se venían empleando, tanto en la pintura de caballete como directamente en el papel con acuarelas o témperas.
Pero el siglo XXI
dio vuelta la cabeza de los editores, al tener cámaras digitales, cualquiera
podía sacar una foto. Se pone un niño que puede ser su propio hijo vestido con
una túnica, se le hace sonreir y ¡hala!, ya tenemos la tapa resuelta. Así de fácil
y de barato.
Los ilustradores afuera. Ya no sirven. ¿Para qué? ¿A quién le
importa? Si ahora una foto soluciona todo el esfuerzo de años de aprendizaje y
experiencia que tuvo que aquilatar el artista, lucha desleal que debió sufrir,
aprendiendo primero la teoría, cimentada por la constante práctica y una vez
que lo logró, vienen con una maquinita y hasta el portero ilustra una tapa.
No
puedo ver esas tapas con fotos de niños sonriendo como memos, sin alma, sin sentido
y sin siquiera contar una historia. No es competencia con una ilustración. Es
simplemente, chatura y mal gusto. Y falta de respeto al público que va dirigido, que es al que hay que dar lo mejor porque se está formando y son los niños, en su
hermosa e inolvidable etapa escolar, donde quedan guardados para siempre los más bellos recuerdos. Por lo expuesto marco mi acentuado rechazo a la foto en cualquier tapa de publicación infantil porque reconozco honestamente que me sacan el trabajo que tanto me ha costado dominar.
La fotografía puede servir al artista para las tomas complicadas o cuando una pose resulta cansadora, o para hacer la toma de un paisaje o una máquina que no se puede llevar al estudio, pero nunca como sustitución lisa y llana de la ilustración.