Carlos Freixas
Fue uno de los doce profesores de la Escuela Panamericana de Arte (junto con Breccia, Pratt, Roumé, Domínguez, Vieytes y otros profesionales del dibujo de la mayor calidad) participando en la realización de numerosas lecciones del afamado curso.
Carlos Freixas Baleito (1923, España, 2003) estuvo en Argentina desde 1947 hasta 1955. En su país ya había dibujado la historieta del lejano oeste Pistol Jim, que fue publicada por la revista Aventuras, donde también apareció su primera obra: Darío Malbrán, psicoanalista, historieta de corte policial que tuvo buena popularidad y llamó la atención por el excelente dibujo de Freixas.
Comenzó Tucho, de canillita a campeón (las aventuras de un boxeador criollo), en Patoruzito, luego continuada por Athos Cozzi.
En la revista Misterix, con guión de Alberto Ongaro (autor del legendario Misterix), Freixas dibujó Drake el aventurero:
Freixas fue un experto dibujando escenas de acción y su
trazo claro y decidido era ideal para la historieta de aventuras.
Por otra parte, su ductilidad y maestría, le permitió ilustrar a color portadas
para la revista Suplementos de Pimpinela, de Editorial Codex, y novelas en
cuadritos para Pimpinela.
Otra faceta de la labor de Carlos Freixas en la Argentina fue la docencia, actividad que desarrolló en la Escuela Norteamericana de Arte primero y en la Panamericana de Arte después, realizando en ambos casos material para numerosas lecciones de los cursos por correspondencia. Asimismo colaboró en la revista Dibujantes con notas técnicas en las cuales explicaba las particularidades de su forma de trabajar. Pese al promisorio panorama profesional y el reconocimiento ganado entre sus colegas, Freixas decide en 1956 regresar a España, donde continuará su labor como ilustrador e historietista, en este caso vinculado principalmente al mercado inglés.
Otra faceta de la labor de Carlos Freixas en la Argentina fue la docencia, actividad que desarrolló en la Escuela Norteamericana de Arte primero y en la Panamericana de Arte después, realizando en ambos casos material para numerosas lecciones de los cursos por correspondencia. Asimismo colaboró en la revista Dibujantes con notas técnicas en las cuales explicaba las particularidades de su forma de trabajar. Pese al promisorio panorama profesional y el reconocimiento ganado entre sus colegas, Freixas decide en 1956 regresar a España, donde continuará su labor como ilustrador e historietista, en este caso vinculado principalmente al mercado inglés.
Como dato acnedótico: su padre fue el excelente ilustrador e historietista
español Emilio Freixas, muy popular y exitoso en la España de los años '30 y
'40.
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