Esta semana de Pascuas no me será fácil olvidarla, ya que fuí internado en el sanatorio para tratarme un problema fisiológico que me golpeó fuerte, pero que he logrado superar, poco a poco; y por el ataque que tuve en mi cuenta de gmail, por un delincuente desconocido que
me robó datos y contactos y trató de- por medio de estúpida carta- sacarles dinero en mi nombre.
Por suerte para mis amigos, ninguno cayó en la trampa y gracias al acelerado trabajo de mi hijo Sebastián, que es técnico y programador, y que estaba en mi casa, se pudo recuperar la cuenta y contactos y bloquear al filipino, ya que supimos que el ip era de esa dirección. Después me enteré que- en términos similares- han atacado a otras personas y que una agencia de Delitos informáticos estaría recibiendo las denuncias.
Como no hay una legislación clara y la red es tierra de todos y de nadie, el tal hacker seguirá haciendo perder el tiempo a la gente honrada, que trabaja legalmente para mantener una familia, cosa que el inútil no quiere,
solo robar, ya que es más fácil y no tiene que sudar.
A todo ésto, mis amigos del
semanario El Eco de Palmira, que también recibieron el email falso, fueron más profundo y así lo cuentan en la nota que se publicó el sábado 11 y que adjunto para su lectura.