Al comenzar la primera historieta de Santos, casi no tuve tiempo de hacer bocetos -siempre hago muchos hasta encontrar la definición de los personajes y también dibujo el medio donde transcurrirá la historia, además de elementos que usará el personaje o los demás. He contado que la historia me fue pedida completa (16 páginas) por Sergio Boffano (padre) para la revista que editaba en ese año; Andresito y, por expreso pedido de mi amigo y colega Eduardo Barreto habíamos ido a ofrecer historietas. Como yo tenía mis propios personajes publicándose en el suplemento del diario El Día, (¡y eran varios!) tenía uno en preparación de tema gauchesco que lo iba a colocar en dicho suplemento; lo había bautizado "Nazareno Lanza" y tenía dibujada tres páginas en blanco y negro más un proyecto de su primera aventura. Así que fue lo que le presenté a Boffano, explicándole que eran solo muestras de mi estilo gauchesco, ya que eran para El Día de los Niños.
-Yo quiero algo así para la revista. ¿Se anima a hacer otro personaje y me lo trae a fin de mes, así lo publico en la edición de noviembre ?- me dijo entusiasmado.
Por supuesto que me animé. En el ómnibus de vuelta a mi casa ya tenía la primera historia visualizada y luego, ya en mi tablero, boceté la cara de Santos, agregándole la barba que Nazareno no tenía. Pero el plazo de entrega eran de dos semanas y me había pedido 16 páginas. Como yo debía hacer semanalmente todos los dibujos que se me encargaban en El Día, más las historietas, guión y color también, le dije al director que no iba a seguir con Nazareno Lanza.
El tiempo que me insumió las primeras 16 páginas fue mucho, pero el resultado me gustó, y quien haya podido verlas en la edición que publicó Montevideo Comics coincidirá que hay mucho esfuerzo en ellas.
Lo que pasó luego cuando a los 20 días fuí a entregar las planchas a la revista ya es sabido. Habían cerrado, se veía venir, pero me encontré con Juan José Ravaioli que era el otro socio de Boffano que miró mis dibujos y me dijo que no me preocupara ya que al año siguiente, ellos publicarían Charoná y Santos Cruz iba a estar. Así que le dejé el material y me fuí al diario a seguir con mi trabajo.
Al otro año Santos empezó a publicarse semanalmente de a 2 páginas y cuando se terminaron las primeras 16, me siguieron pidiendo más, hasta llegar a las 100. Me encontraba cansado de escribir los episodios, dibujarlos y entregarlos en la imprenta personalmente, lo que me complicaba el trabajo con El Día de los Niños, además ya escribía y dibujaba Charoná, hacía las tapas y algún poster e ilustraciones históricas. Hablé con Boffano y le expliqué que continuaría con todo lo otro pero que a Santos no no iba a seguir haciendo. No quedó muy conforme porque- me lo dijo muchas veces- era un personaje que le gustaba y durante años me lo siguió pidiendo, pero no volví a dibujarlo más porque para mí ya estaba completo. (Aunque en 2015 hice 65 páginas que escribió mi amigo Rodolfo Santullo y que tengo guardadas para cuando se presente la ocasión de editarlas)