Se la puede encontrar en cualquier barrio. Es una señora muy conversadora y servicial, que conoce la vida y milagros de sus parientes y vecinos. Puede ser tu abuela, tu tía o tu madre, pero ella es un personaje en sí mismo. Lo único que hice fue observarla y dibujarla para las tiras, porque ella vivía en mi barrio. Y yo la veía pasar todas las mañanas con su chismosa para el almacén, a veces hablando sola, otras veces, muy seria, tal vez llena de los problemas que le traían sus hijos y nietos, pero le duraba poco y a la vuelta, ya iba alegre y muchas veces, la escuché tarareando alguna melodía. Ella era y es Doña Colonia, yo me apropié de su personalidad y la publiqué en El Eco de Palmira, Colonia y Carmelo.
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