Mi paso por el diario La República
Capítulo 2 y último
Sabores y Sinsabores de un dibujante de tiras diarias.
Me cansé de ser
políticamente correcto y escribir las verdades a medias. Estoy contento de que
me echaran de La República. Volví a la calma y la angustia quedó atrás, por ese
trabajo mal pagado y poco y nada considerado. Ahora me doy cuenta que nunca
debí aceptar el ofrecimiento que me hizo Fasano, cuando una noche del 2005 me
llamó porque Ardito ya no podía seguir por su enfermedad en su brazo.
Cuando me dijo lo que
me podía pagar, casi le cuelgo el teléfono, pero pudo más mi interés en el
dibujo y regateamos un rato, me pedía que la escribiera, la dibujara y la
pintara todo por una miseria de pesos…”No puedo pagarle más porque es un diario
popular…pobre…nosotros no lucramos…bla.blá.blableta. Le dije que el guión debía
pagarlo aparte porque yo no lo iba a hacer. Me recordó a mi amigo Cortazzo, con
el que ya habíamos hecho una historieta de “Viviana y Yamandú” y me ofreció $
1.000 más para el guionista. Le retruqué que con ese poco dinero nadie iba a
ponerse a escribir, pero me envolvió con
que me ponía en caja, con los derechos incluídos, etc. etc. Y acepté.
Era un miércoles y
la tira debía publicarse ese domingo ¿Cómo cornos no me dí cuenta que no iba
poder hacer dos tiras diarias por tan poco dinero? Lo llamé a Cortazzo y por
supuesto que no aceptó. Entonces me ví solo frente al problema. En dos días
escribí un primer guión como para unas 30 tiras y empecé a dibujar, con mi
método de trabajo que no era conveniente para este fin, porque me baso en
modelos (mi hijo mayor tuvo que posar infinidad de veces) y saco fotos de la
ciudad donde transcurre la acción, porque no me gustan las historietas con
fondos blancos o apenas bosquejados. Entre tanto tenía otros trabajos que ya
los venía haciendo: chistes para Guambia y las historietas y tapas de Charoná.
Con la ayuda de mi hijo que coloreaba las tiras, empecé a publicar.
Después fui a hablar
con el gerente para ajustar lo hablado con Fasano:
-“¿Ponerlo en caja?
¿Tendríamos que pagarle salario vacacional, el aguinaldo y la sociedad? Imposible, entendió mal, Gezzio. Lo que tengo
es un contrato a dos años que se renovará sin necesidad de volver a firmarlo”
“Los días 5, sin falta. Cobrará en ventanilla, lo estipulado”
Y caí como un
reverendo estúpido. Firmé un papel sin membrete y sin firma de abogado o
escribano y los cinco de cada mes, cuando llamaba por teléfono, el cántico se
repetía como una letanía: “llame mañana, hoy no hay nada para Ud.”
Así completé el
primer año. Hasta que me enfermé y caí en cama, pero la historieta debía
seguir, así que dibujaba desde la cama, se la pasaba a mi hijo que la coloreaba
y la enviaba por Internet. Entonces llamé a Fasano explicándole mi situación y
si podía aumentarme algunos pesos, además de pedirle un día libre en la semana.
Su contestación fue
que era imposible darme un peso de aumento porque el diario estaba muy mal
económicamente, no me podía dar un día libre porque ¿qué ponía en la página de
historietas? No podía dejar un retángulo en blanco, había que contemplar a los
lectores. La tanada se me subió a la cabeza y le levanté la voz porque no había cumplido con lo acordado por
teléfono cuando me llamó por primera vez, lo de ponerme en caja y esas cosas.
Sentí que se ofendió y le pasó el teléfono al gerente que quiso ponerme paños
de agua fría, pero entonces me la agarré con él y le recriminé que tampoco
habían cumplido con los pagos. Hubo meses en que me demoraron el pago por 15
días, luego de hacer miles de llamadas desde mi teléfono.
Cuando empezó a
decirme lo mismo que me había dicho el Two face, exploté y le contesté: “si el
mes que viene no cobro el 5, agarrá el lápiz y empezá a dibujar porque yo no les
dibujo más”. Y colgué.
Durante unos meses
me pagaron los 5, a
veces los 6 o los 9, hasta que volvimos a lo anterior. Largas esperas en la
administración del diario por hasta 5 o 7 horas a que llegara el dinero y poder
cobrar. Y los años pasaron y nunca me aumentaron un peso, a pesar que le envié
varios email, solicitándoles aumento. Ni me los contestaron. Entonces decidí
renunciar. Estaba harto. Veía la tira en blanco sobre mi tablero y me daban
ganas de romperla en pedazos.
Pero empezaba a
dibujar los primeros cuadritos y con música suave, más un tranquilizante
recetado por mi médico, volvía a dibujar esos personajes ajenos que con el
tiempo empecé a querer. Reconozco que nunca pude dar con la historia justa para
esos personajes, por dos razones: primero: no los había creado yo, eran de
Ardito y él le había inventado un carácter a cada uno que yo desconocía porque
pocas veces leí una historia completa, salvo las que nos llevaba a Federici y a
mí para que viéramos lo que estaba haciendo. Además tenemos estilos muy
diferentes. Los años le dieron una línea blanda que me gusta y que va bien con
la tira de Viviana. Tiene muy buen dominio de los guiones, del suspenso…
Pero yo voy por otro
lado. Vengo de una escuela clásica con predominio del claro oscuro y los
guiones me cuestan mucho cuando los personajes no son míos.
El clima del diario
seguía enrareciéndose, por suerte yo mandaba las tiras por Internet y solo iba
cuando me decían que estaba el dinero para cobrar: una vez al mes. Creo que si
hubiese tenido que ir más seguido, habría
renunciado años antes.
Intenté hablar por
teléfono con Fasano, pero no me atendió nunca más. Estaba siempre en reunión.
Evidentemente me evitaba, así que apunté hacia su gerente, que también “recién
salió” “ahora no puede atenderlo porque está reunido” “o se fue de licencia por
20 días y no sabemos cuándo vuelve”
De vuelta, los
acribillé por email. Tal vez como llegaban, los eliminaban porque nunca nadie
me contestó.
Hasta que una noche
(las pocas llamadas de los capitostes se hacen de noche porque generan dudas y
angustia en el otro, así se sienten con más poder) me llama el gerente para
avisarme que me van a pasar a Agadu y que allí se nos pagará en adelante.
Quedábamos 3 de los
6 dibujantes uruguayos (Arbiza, Troche y Hornes ya los habían pasado al
destierro) y debimos firmar nuevos contratos, pero el mío tenía el mismo precio
que cuando arreglamos por primera vez. No me habían aumentado ni un centésimo
en 6 años! Estuve por levantarme y salir a tomar aire y volver a mi casa, pero…siempre
me puede el dibujo y dejo el dinero en segundo plano (así me fue siempre y hoy
ya viejo, no tengo ni para cambiar esta lenta pc).
Pero creyendo que esa “asociación de prestigio” nos iba a garantizar
el trabajo y el cobro en fecha, firmé y me fui a casa a dibujar la tira.
Del año que estuve, los tres primeros meses cobré en fecha. Después se
repitió la odisea. Llamadas que no surtían efecto. Dinero que no llegó…que
mañana…que el diario no depositó…qué calentura! Y así había que seguir
dibujando, porque si me demoraba una hora, ya me llamaban del diario, de la
fotomecánica, a ver porqué no había enviado la tira.
Y al final, nos descartaron casi sin avisarnos: el nuevo encargado pasó
las tiras a blanco y negro (¡sin avisar!) la mía la achicó más aún, lo que debía
optar por poner texto o achicar el dibujo o viceversa. Como les mandé 4 email,
nos llamó para decirnos los cambios que se venían: las tiras humorísticas (de
Ardito y Checho) seguían igual, pero la de “Viviana” debería reducirla a una
sola tira (durante 23 años había salido de a dos) porque él creía que lo mejor
era una página de entretenimientos y juegos, más el crucigrama y el horóscopo. Las
tiras ya habían cumplido un ciclo y él había estado en varios diarios y sabía
mucho del tema, así que punto en boca.
Yo le pedí que me avisara con tiempo, la tira me llevaba un esfuerzo
considerable incrementado por el tiempo que la venía haciendo. Me prometió que
me avisaría a los dos días.
A los dos días había rebanado la tira 1 centímetro de altura
sin preveer la reducción, apretándola y deformándola. Llamé al diario para
pedir explicaciones, pero “no me podía atender” porque estaba en una “reunión”.
Entonces le volví a escribir a Fasano, evitando el tema de dinero,
argumentando la antigüedad de la tira y de lo mal que se veía, y que de esa
forma yo no la iba a hacer más. Fasano no me contestó, pero parece que habló
con el “nuevo” cráneo editor ya que al otro día me llamaron para que me
presentara en su oficina, donde me recibió con cara de pocos amigos: tenía el
tupé de enojarse cuando el culpable era él.
Porqué había acudido a Fasano antes que a él, ya que me había dicho
que la tira iba a quedar en una sola y blá, blá, blá,blablableta!
Luego de un largo intercambio de opiniones sin levantar la voz, me
prometió que la tira no se iba a tocar, pero que seguiría en blanco y negro
junto a las otras dos de humor.
Odio los tipejos que te dan una palmada en el hombre y te acogotan con
la otra mano.
A los pocos días nos avisaron que sacaban la página de historietas. Me
quedaron debiendo casi tres meses y hasta Agadu se lavó las manos porque ¡ay! “no
podemos hacer nada” jodete si sos dibujante en uruguay, la culpa es tuya por
haber nacido en un país donde solo le sirve a la maldita politica y sus adlátares
y los demás que se jodan, que se las
arreglen como puedan. Además, ¿quién te mandó dibujar en un país donde casi no
hay diarios ni revistas, donde un pintamonas es un tipo que “mirá qué lindo que
dibuja, pero para qué te sirve, te dá de comer acaso?”…no, perdoname, es un
hobby que tengo, de loco nomás…
7 comentarios:
Querido Maestro al ir leyendo toda su experiencia,solo puedo decir que lo lamento pero en algo de su vida como dibujante,veo que quizás el destino,Dios o como se quiera evitó que siguiera dibujando historietas como para procurar un empleo de eso.Recuerdo que cuando me anotó mi madre en la Escuela Uruguaya de Arte,tenía 13 años y el sueño de ser cmomo usted y como José Rivera,a los cuales veía a menudo en El Día y disfrutaba viendolos dibujar.No crea que todo fué en vano,yo desde mi humilde posición como dibujante artesano en cuero (pirografista para ser exacto)guardo en mi interior toda su obra,y unas cuantas en papel que usted me regaló cuando iba al diario.Aunque sé que solo con dinero se mantiene la familia,sé también que su pasíon por éste arte tan menospreciado acá en Uruguay,tiene y tendrá seguidores de su arte.Le aprecio mucho y gracias por compartir su experiencia con los que asiduamente visitamos su pagina.Atentamente Juan López.
Todo,absolutamente todo tiene su fin. Me alegra saber que ya te liberaste de esa tortura.Algunos no se darán cuenta lo que significa dibujar "engrillado",pero ya fué. Cariños Martha
Gracias, Juan Pedro, por tus palabras,me alegran el espíritu. Esa experiencia tuvo algunas cosas buenas, como dibujar tiras que siempre me apasionó, pero no era suficiente como para ocultar la "mala onda" que se respiraba en ese lugar.
Dibujar engrillado, mejor metáfora no podías haber elegido. Gracias Martha por tus palabras que aprecio más viniendo de tan destacada colega argentina.
Gracias por haberle regalado a los lectores (que no a FF) todos esos años de historietas! Estoy seguro que somos muchos los dibujantes que siempre vimos en tu trabajo la prueba de que no es una fantasía hacer historietas en Uruguay.
Estamos esperando seguir leyendo tus historietas, aunque sea en el blog.
Alejandro:
No todo terminó con La República. Sigo dibujando historietas, algunas ya se ven en Charoná por ejemplo y otras vendrán de afuera. Mientras el cuerpo aguante, la mano esté firme y el ojo avizor, no dejaré lo que siempre me fascinó: dibujar historietas (de cualquier tipo)
Gracias
William
Es un pobre consuelo, pero en el 90% de los casos la situacion del dibujante de prensa es similar en el resto del mundo --incluyendo EEUU!
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