Y cuando Pasculli pergenó el semanario político Las Bases, lograamos un acuerdo, traspasándome el semanario, haciéndome cargo de la edición y dirección, con tal de no dejar sin trabajo a varios colegas que continuaron conmigo en el nuevo Orsai.
El 4 de diciembre de 1984 salimos esperanzados con este proyecto. Era muy complicado de hacer, porque después del fin de semana, ya visto o escuchado el fútbol, en las últimas horas del domingo debíamos escribirlo, diseñarlo y armarlo en mi estudio que tenía en Ciudad Vieja, y llevarlo a la imprenta antes de las 6 de la mañana del lunes, cosa que generalmente hice yo, entregándoselo al sereno de turno. En la tarde del lunes se imprimía, yo me daba una vuelta para ver sómo había quedado, me llevaba una docena para mandar a las radios para su publicidad y se enviaba para su distribución del martes. U amigo de fierro que hizo más de lo que podía en potenciar ese semanario fue el recordado Gerardo Graña que nos dejó cuado tenía tanto por delante.
No fue fácil para mí asumir tanto esfuerzo. Esas noches de domingo no podía dormir y en la mañana del lunes debía entrar a otro trabajo que tenía, y luego volver a los dibujos para Charoná y Guambia.
La venta se mantuvo firme los primeros meses, lo que permitía pagar a la imprenta, a los colaboradores y algun gasto más, pero a mí no me quedaba nada. Y los avisos seguían sin aparecer o eran muy menguados y de los más baratos. El cansancio me fue superando y al cabo de 10 números, opté por cerrar el semanario.
Aunque como tenía imprenta, distribución y amigos que me acompañaron, seguí con otra revista: "Lengua Larga", pero eso es otra historia, que no viene al caso.
El editorial de Pasculli contándonos sus porqué dejaba la dirección del semanario. |
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